Friday, April 29, 2016

poema-ensayo


Se solicita sirvienta

 


De hablar suave
casi se quedaban sin voz ante nosotros
A veces su español, segundo idioma, era vacilante
(a los niños nos parecía “chistoso”)

Nos llamaban “Señor, Señora, Señorita...Niña”,
pero nosotros no nos dignábamos darles
más que su nombre de pila
¿Tenían apellidos?
¿Padre y madre?
Venían de lugares que nos parecían lejanos:
Solaga, Xochicuatlán...

Tras ver el letrero colocado en la ventana que daba a la calle
tocaban a la puerta
Aunque no supieran leer ni escribir, entendían su significado
y lo que le seguía: con referencias

Algunas eran jovencitas, ni siquiera dieciocho
y las tomábamos de todos modos. Ninguna ley las protegía
Trabajo doce horas al día, seis días a la semana, sueldo infame
Aun las familias más liberales les daban este trato:
no se sentarían a comer a nuestra mesa, ¡ya no digamos con nosotros!
dormirían en el último rincón de la casa

Las patronas se sentían con derecho a hablar de ellas:
...¡ladronas! No puedes dejar nada sin llave..
¡Mentirosas! Te dicen que el fulano al que van a ver
el domingo es su primo...
¡Ignorantes!

Los niños nos preguntábamos a veces:
“Si son tan malas, por qué seguimos solicitándolas?”
...